@jflafaurie
A finales de esta semana, 29 y
30, más de mil ganaderos delegados de todas las regiones del país, se reunirán
–como cada 2 años– en el 33 Congreso Nacional de Ganaderos que se celebrará en
Santa Marta. El encuentro tiene particular importancia, no sólo porque en 2013
Fedegán llega a sus primeros 50 años de existencia y se cumplen 2 décadas de la
Parafiscalidad Ganadera, sino porque asistimos a una coyuntura extremadamente
sensible para el sector. Desde múltiples orillas, globales y nacionales, se han
venido sumando retos y oportunidades, pero también riesgos y estrecheces, para
alcanzar la competitividad y el desarrollo rural, así como para asegurar la
resolución definitiva del conflicto por la tierra. Temas centrales de la agenda
académica para este año.
Lo interesante es que el análisis
técnico, científico, económico, social y político de estas preocupaciones,
contará con la participación de especialistas en la materia y de los propios
ministros de Transporte, Ambiente, Comercio, Defensa y Agricultura, en torno a
4 ejes. El primero, la problemática de la infraestructura para la
competitividad rural, en particular, la asociada al pésimo estado de la red
vial secundaria y terciaria que, con más de 30 años de atraso y los peores
indicadores en calidad y cobertura en el ámbito latinoamericano, poco le
aportan a la ruralidad para hacer frente a la internacionalización de la
economía, que es el segundo aspecto de discusión en el congreso.
Aunque el sector ha venido
advirtiendo, desde hace más de una década, sobre los peligros de avanzar en una
política indiscriminada de exposición de la producción agropecuaria a las importaciones
subsidiadas de los países desarrollados, hoy hemos suscrito tratados con más de
40 economías y al menos 11 de estos acuerdos rigen actualmente nuestras
relaciones comerciales, en condiciones leoninas para la actividad ganadera.
Pero, además, está próximo a ser ratificado el TLC con la Unión Europea, que
bien podría significar la “muerte productiva” de más de 350 mil productores
lecheros medianos y pequeños, para quienes aspiramos a encontrar respuestas a
su problemática en este congreso ganadero.
Muy asociado a estas
preocupaciones de carácter global está, en tercer lugar, el interés del sector
en que se despeje el camino para la formulación de políticas públicas que
materialicen, realmente, el desarrollo rural integral y de la actividad
ganadera, en particular. No podemos seguir ignorando las señales y las
exigencias de los mercados internacionales en orden a optimizar la producción y
la productividad agropecuaria, establecer estándares de sostenibilidad
ambiental –incluso en conexión con la industria extractiva minero-energética–,
hacerle frente al cambio climático y a la mayor demanda de alimentos de origen
animal y de agrocombustibles.
Finalmente, y no por ello el
asunto menos importante en un contexto de negociaciones de paz con las FARC,
está el tema de la seguridad humana y la jurídica de la propiedad rural en el
campo. Sin duda, centro de múltiples incertidumbres que los ganaderos quieren
despejar en esta reunión cumbre, considerando que el futuro del campo se debate
entre las pretensiones de la guerrilla en La Habana, la nueva escalada de
violencia y la implementación a marchas forzadas de la Ley de víctimas y
restitución de tierras, la Ley de Extinción de Dominio y la definición de un
proyecto de Desarrollo Rural.
La agenda es ambiciosa, como
compleja la realidad que enfrentamos y los desafíos que se aproximan. Razón de
más para que los ganaderos participen de manera proactiva en este congreso
ganadero, con una mirada renovada sobre “lo rural”. Sabemos que debe primar el
interés legítimo en la tierra como factor de producción y productividad de la
“locomotora agropecuaria”, pero también una genuina preocupación por el
malestar de miles de campesinos, que claman por políticas públicas que sopesen
los costos sociales y ambientales de la urgente transformación que requiere el
campo.
Con la premisa de que necesitamos
ideas frescas que equilibren y complementen desde lo público, la tarea que
desde hace 50 años ha venido realizando la institucionalidad ganadera gremial,
hacemos un llamado a los productores pecuarios para seguir escribiendo la
historia del sector y aportar insumos a los tomadores de las decisiones
públicas, para que florezca un campo más incluyente, con paz y bienestar para
todos.
*Presidente Ejecutivo de FEDEGÁN