"El ciudadano no logra encontrar la mejoría que le venden en la TV y la radio".
Al comenzar año sostuve que por centrar el gobierno toda la acción en
los diálogos de La Habana, la economía no iba bien y el país retrocedía
en campos críticos. Sin embargo, se han publicado cifras de crecimiento
económico del tercer trimestre, que muestran una gestión aceptable.
Resulta singular observar que al acercarse las elecciones solo las
cifras que le ayudan al gobierno se publican y la oportunidad de
difundirlas es más intensa. No es casualidad que los presupuestos de
publicidad del gobierno se hayan desbordado. Solo en 2012 el gasto
publicitario superó los 229 mil millones de pesos según la contraloría.
Otras fuentes hablan que en los tres años de gobierno se han gastado
cerca de 1,5 billones de pesos.
¿Cuáles datos económicos son reales y cuáles son parte de una
estrategia publicitaria? La desconfianza es evidente cuando se acercan
las elecciones. Por ejemplo, al inicio de este gobierno, se planteó que
el sector agropecuario sería una locomotora del desarrollo. Terminó con
paros y se puso en riesgo la propiedad privada sobre la tierra. Al
hablar de un crecimiento trimestral de 6,6 por ciento, no se dice que
fue impulsado por el café que tuvo un 2012 lamentable; y crecer sobre
una base mala, es sin duda, más sencillo que hacerlo sobre una buena
base. De no ser por el café el agro hubiera crecido solo 3,6 por ciento,
aceptando que la producción de café hoy está por debajo de la de 2008.
No es diferente en minería, que hoy crece al 6 por ciento cuando
hasta antes de 2012 lo hacía por encima del 9. Peor es el caso de la
industria, que registra fuertes procesos de desindustrialización si se
tiene en cuenta que en 2012 dicho sector decreció. Este año retrocede
sobre lo retrocedido. ¡Grave!
Se debe destacar el caso de la construcción, con una tasa de
crecimiento del 21 por ciento, impulsado en buena medida por la otra
parte de la estrategia gubernamental: regalar casas en áreas urbanas.
Ojalá también se construyeran vías terciarias y dobles calzadas, pero
los votos que necesita el gobierno no están en el sector rural.
Pero hay otros temas sensibles que marcaron la agenda de Santos. La
restitución de tierras por ejemplo. De las 165 mil restituciones que
prometió, lleva poco menos de 500, y las hectáreas devueltas son menos
de 13 mil de las 2 millones prometidas. Y qué decir de las cifras de
desempleo que hablan de solo un dígito pero no mencionan el subempleo
creciente.
Las calificaciones de organismos internacionales no pueden ser más
patéticas. En el Índice de Desarrollo Humano -ONU- Colombia perdió 12
posiciones durante el gobierno Santos. En el Índice de ambiente para la
inversión, Doing Business, Colombia cedió 8 puestos al pasar de 37 a 45.
En las Pruebas PISA, el país cayó del puesto 52 al 62 en 2012. Y qué
decir en seguridad en donde se advierte que en los tres años de gobierno
los atentados a la industria petrolera crecieron 223%; los retenes
ilegales en 70%; los atentados a la infraestructura energética 129% y a
la infraestructura 500%.
El balance no es el mejor. Aquí se dirá que los críticos siempre ven
el vaso casi vacío. El asunto se debe plantear con aplomo. El país ya
vivió décadas muy difíciles por tratar de buscar lo poco bueno en medio
de un panorama cada vez peor. Aflojar en seguridad, darle espacio al
narcoterrorismo y no ver los síntomas de la economía, es el comienzo de
repetir la historia. El próximo semestre el gobierno se esforzará en
mostrar que todo va bien. ¡todo bien, todo bien! Cuando el ciudadano de a
pie no logra encontrar la mejoría que le venden en la TV y la radio.
Esa fractura, la que se produce entre los avisos oficiales y la dura
realidad, pasará la cuenta de cobro en las próximas elecciones.
@jflafaurie
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